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TRANSEXUALIDAD INFANTIL

 

Bisexual, Intersex, Transgender, Symbol, Genderless, Bi

 

 

La transexualidad en niños y adolescentes es una realidad cada día más visible en nuestra sociedad. Los/as niños/as o adolescentes transexuales son aquellos que expresan una identidad de género distinta del sexo biológico que se les asignó al nacer.  El término disforia se refiere a cuando el deseo por ser del sexo contrario se acompaña de un malestar intenso y persistente por el hecho de ser de ese determinado sexo. Esto, no es sinónimo de transexualidad, ya que el hecho de que una persona desee modificar sus genitales no implica que estos le produzcan malestar. Incluso algunos de ellos no tienen conflicto con sus genitales y prefieren no someterse a intervenciones quirúrgicas. 

Hay que aclarar que tras la palabra transexualidad existe una realidad diversa que implica mucho más que cromosomas o genitales y que no existe una causa médica o psicológica que lo explique. Cada niño/a vive, expresa y experimenta la transexualidad de distinta forma y a distintas edades. Existen algunas señales que pueden orientar a los padres sobre esta situación como son la adopción de roles a la hora de comportarse o de vestirse (femeninos o masculinos) distintos a su sexo asignado al nacer o que se identifiquen con un nombre del sexo opuesto asignado. 

Los menores transexuales deben ser valorados y realizar un seguimiento por parte de un equipo multidisciplinar entre los que se encuentra el pediatra de atención primaria, psicólogos  y/o psiquiatras y endocrinólogos pediátricos especializados. Durante la valoración por parte de endocrinología de los menores transexuales hay que diferenciar según el momento puberal en el que se encuentren. En los menores prepúberes la identidad de género está en desarrollo, por ello en esta etapa se recomienda seguimiento y apoyo para ayudarlos a explorar su identidad y tratar problemas emocionales o de comportamiento si los hubiese, así como asesorar a los padres de forma positiva ayudándolos, si fuese necesario para que apoyen el género de sus hijos. Los menores prepúberes realizarán un seguimiento hasta que inicien la pubertad, pero en este momento no está indicada la terapia farmacológica. 

Durante el desarrollo puberal se suele afianzar la identidad de género y es cuando puede plantearse el tratamiento para bloquear la pubertad con objeto de impedir el desarrollo de caracteres sexuales secundarios no deseados. Durante este proceso los padres deben estar involucrados y mostrar su apoyo al menor. En una segunda etapa se iniciará la terapia hormonal cruzada. Esta se caracteriza por ser irreversible o parcialmente reversible por lo que el adolescente debe tener la suficiente madurez para tomar esta decisión.

 El papel del endocrinólogo pediátrico durante todo el proceso es informar sobre los pasos a seguir, realizar una exploración física completa, solicitar pruebas complementarias y plantear las distintas terapias hormonales que pueden utilizarse así como sus pautas, expectativas y efectos secundarios.

El bienestar y felicidad de los/as niños/as transexuales es una responsabilidad tanto de sus familias como de la sociedad en conjunto. Debemos dejarles expresarse con libertad y tratarles de acuerdo a como se sienten para favorecer una infancia y adolescencia libres de discriminación y sufrimiento. Entender la diversidad de género como un derecho humano y un valor positivo dentro de la sociedad es imprescindible en estos tiempos.